domingo, 20 de marzo de 2011

Maldito ajedrez

Cántame preciosa mujer.
Hoy te deseo y te necesito, necesito que tus blandos ropajes me arropen y me hagan dormir.
No tardes en venir, Dama Blanca, te deseo y necesito. Ya no quiero estar más sin tu calor.
Necesito tu palidez y tus sueños fríos para saber que al menos el olvido mereció la pena de escucharlo y ser escuchado. Necesito saber que el ruido es sólo eso, palabras que se lleva el viento, y tu compañía. Que la verdad es falsa, que la flasedad es real, que la mentira es vida y la vida no deja de ser mentira, aunque algunos la sientan como verdad. Que el odio es algo que uno solo siente por sí mismo, que al final sólo es uno mismo el que realmente no importa, porque tanto importa la vida que se vive, que se malgasta en sentimientos.
¿Sentimientos?
¡Mentiras!
Porque no hay verdades que sean ciertas ni mentiras que sean falsas.
¿Sentimientos?, ¿qué es eso? Sensaciones que más valdría no tener, no poseer. Porque realmente no se posee nada. ¡Nunca!, jamás se posee siquiera tu propio aliento.
Cuando otros te lo pueden robar con una sarta de mentiras que son sus propias verdades, que ni siquiera existen porque son suyas y para otros falsas. y si lo que no existe puede robarte el aliento...
Y ni siquiera tú vienes para socorrerme, preciosa Dama Blanca.
Cuando ni siquiera tú eres capaz de compadecerte de mí, ¿he de seguir aquí?
¿Por qué?, ¿para qué?
Por favor, quiero escucharte esta noche, quiero tus susurros de nuevo en mis oidos, quiero saber que puedo confiar en que un día vengas a darme tu durarera paz y tu amor real, ese que sólo tú puedes dar, ese que necesito hoy como todos los días desde hace un millón de años, ese que sólo yo echo de menos.
Te quiero ya Dama Blanca, te necesito.
Por favor, no tardes, no lo soportaría, no lo soportaré.
Muchas gracias, reina, te espero, GRACIAS.

sábado, 19 de marzo de 2011

La verdad no lleva a ningún sitio, por tanto, la verdad termina siendo mentira.