jueves, 8 de agosto de 2013

La evolución.

   Todo empezó cuando privatizaron el agua. Bueno, en realidad eso no es cierto, en realidad todo había empezado mucho, nuchísimo antes, porque al fin y al cabo era la misma guerra de siempre, la guerra más vieja del mundo, la guerra que comenzó cuando a algún iluminado se le ocurrió decir que algo era suyo y hubo algún pringao que se lo creyó: amos contra esclavos, señores contra vasallos... En este caso eramos esclavos "normales", a los que se nos concedía una miseria con la cual malsubsistir a cambio de atarte de por vida al amo; contra "esclavos-al-servicio-del-amo", que vivian un poco mejor, con alojamiento y medio de transporte propio, buena alimentación y educación para sus hijos, y que hacían las labores de control de los esclavos-normales. Los pobres ni siquiera sabían que también eran esclavos, incluso algunos de los nuestros tampoco lo sabían, tan engañados nos tenían.
   Recuerdo que ya habían empezado las revueltas por la comida y la vivienda, por la sanidad y la educación, por la igualdad y los derechos, pero como digo, todo empezó cuando se privatizó el agua:

   -¿Pero mamá, no entiendes que si permitimos que privaticen el agua estaremos permitiendo que tengan nuestra vida en sus manos y que podrán exterminarnos aún más fácilmente?
   -Que no hijo, que sólo van a privatizar la gestión.
   -¿y no entiendes que privatizar la gestión es permitirles que decidan dónde y cómo gastan el dinero, qué infraestructuras reparan y cuáles no, y qué agua está más o menos depurada?. Deberías venir a la manifestación.
   -No, y no quiero tampoco que tú vayas, te pueden matar o apresarte, y entonces yo... ¿qué hago?
   -Luchar, mamá... luchar. Al fin y al cabo, ya nos están matando.

   Al final, y tras muchos muertos, el agua se privatizó.
   Los amos, que ya tenían las zonas más fértiles del planeta, poseían ahora la herramienta para ampliar sus territorios de regadío, mientras nos empujaban a los esclavos (a todos los esclavos) a un espacio cada vez más pequeño, y con menos posibilidades de alimentación; y utilizaban para ello a los esclavos-al-servicio-del-amo (en adelante, siervos), situándolos, para que nos mantuvieran a ralla, en la frontera de ambos mundos, una frontera que se extendía cada vez más adentro de nuestro antiguo territorio. Además, al expandir su terreno de regadío, aumentaron su riqueza y dejaron de necesitar mano de obra, por lo que ya le sobrábamos muchos de nosotros. Empezaban a sobrarles incluso los siervos ya que, como el espacio a controlar era cada vez menor, el control se podía realizar con menos individuos.
   El agua que bebíamos y con la que regábamos nuestros campos era cada vez más impura y más escasa, pero no hasta el punto de matarnos a todos, al fin y al cabo necesitaban que algunos esclavos siguieran vivos para que para que trabajásemos sus campos o utilizarnos como siervos. Controlaban nuestra natalidad por barrios, añadiendo sustancias químicas al agua que volvían estériles a los hombres o impedían concebir a las mujeres. Incluso había habido ocasiones en las cuales habían utilizado el agua para eliminar "de manera selectiva" a algunos de los "elementos subversivos" más peligrosos, añadiendo venenos al agua de todo un pueblo o ciudad para asegurarse así que de dichos "elementos" perecían.

   -Hola, ¿alguno habéis visto a Pedro?
   -No.
   -No.
   -No.
   -Es raro, llevo ya varios días sin verle, y no ha venido a las últimas reuniones.
   -Yo tampoco le veo hace tiempo, y he oído que hay mucha gente que está muriendo en el sector 7, hay quien habla de una operación de exterminio.
   -No me jodas, ¿y cómo se han enterado?
   -Esos malditos ojos que todo lo ven y todo lo oyen.
   -¿Se puede hacer algo? ¿han ido los químicos?
   -No, pero creo que se está haciendo una canalización desde el sector 9 por las noches. Si puedes acercarte, seguro que necesitan ayuda.
   -Tengo que cuidar de mi madre pero, si encuentro un hueco, me pasaré cuando pueda.

   Con nuestros pocos recursos eramos capaces de formar a cada vez menos médicos, abogados o maestros para que lucharan a nuestro lado, y, cuando los descubrían los ojos o algún siervo infiltrado, eran trasladados inmediatamente al norte de la frontera, a su territorio, donde les lobotomizaban y les hacían creer que eran uno de ellos y les ponían a trabajar en nuestra contra. Los pocos químicos que aún quedaban entre nosotros estaban siempre escondidos y, dado que poseíamos escasos medios de locomoción y en la mayor parte de los casos los viajes dependían de la aprobación de los amos, no se trasladaban muy a menudo para no levantar sospechas, con lo que cualquier solución al envenenamiento masivo debía hacerse de manera clandestina. Además, los únicos "laboratorios" que nos quedaban eran la naturaleza misma, y las únicas sustancias químicas, las producidas por las pocas especies animales y vegetales que no estaban "controladas" (eufemismo de apresadas en sus laboratorios o, directamente, exterminadas).
   Aun así, algunas veces conseguíamos revertir algún veneno o alguna sustancia experimental, pero en la mayor parte de los casos, lo único que podíamos hacer era hervir el agua con agujas de pino y filtrarla después con carbón vegetal -que nosotros mismos producíamos- y arena fina, como si así se pudiesen eliminar todos los productos químicos y todas las bacterias o virus que añadían a nuestra agua para experimentar con nosotros.

   -¿Pudíste ir al sector 7 al final?
   -Sí, conseguí que una amiga cuidase de mi madre un par de noches y me acerqué. Íbamos muy avanzados con la canalización, pero la tercera noche, cuando llegué, estaba todo lleno de siervos. Escapé por los pelos. Todo el trabajo de dos semanas destruido, y siete apresados.
   -¡Joder!
   -Vi a la hermana de Pedro, con unas manchas azules rarísimas por toda la piel.
   -¿Y Pedro?
   ...
   -Mierda, tengo que hablar con los químicos, no podemos perder a personas tan importantes.
   -Todos lo somos, no te olvides; pero si consigues hablar con ellos, diles que la gente está muriendo de gripe en el sector 36, una gripe muy agresiva que te mata en tres días y de la que poca gente se escapa.
   -Bien, se lo diré, parece una epidemia inducida.
   -Eso creo yo.
   -Oye, ¿y tú cómo te enteras de esas cosas?
   -... (sonrisa) ... ¿y tú cómo hablas con los químicos?. Luis, hay que conseguir llevar cubas de agua al sector 7.
   -Lo intentaré, pero no te lo puedo asegurar.
   -Vale, y tened cuidado.

   Hicieron experimentos de todos los tipos, aún recuerdo el año en que el crecimiento de los vegetales del sector 4 se volvió desmesurado: los pepinos eran del tamaño de bates de beisbol, y las calabazas como ruedas de camión. Los animales -incluídos los humanos- se quedaban ciegos y sordos y morían desangrados a través de llagas purulentas. Fue el año del intento de lobotomización masiva general, creemos que fue el primer experimento psicoquímico que se realizó a través del agua, aunque nadie puede estar seguro de si antes hubo otros.
   Fue el año, también, en que se realizó nuestra primera gran ofensiva con la quema de comisarías de distrito y de barracones del ejército federal. Y el año de la primera gran represión. Aún se desconoce el número de muertos y apresados que hubo, pero se dijo que la población planetaria disminuyó en un cuarenta por ciento. Ese año fui apresado y obligado a trabajar en la construcción del crematorio del sector cuatro. Los siguientes cuatro los pasé demoliendo ciudades para construir grandes edificios gubernamentales, grandes praderas de pastos, y grandes mansiones de las que, todavía, dudo que estén ocupadas. Todavía no sé cómo pude sobrevivir a aquello, y un día en que ya apenas me podía mover, ni siquiera con la cantidad de fármacos que periódicamente te inyectan, me devolvieron al sector 4 con un papel que decía que mis servicios podían ser requeridos en cualquier momento futuro y que debía presentarme en la comisaría de zona para que un médico del sistema evaluase mi recuperación.

   -Llevas 62 horas y treinta y siete minutos durmiendo desde que te devolvieron.
   -¿Qui..., qui...én eres, ¡Pedro!?
   -Al principio creíamos que te perdíamos, pero conseguimos suero bueno y te estabilizaste.
   -¿qué..., eh..., cómo...?
   -Tu madre está bien, está en tu antigua casa, ahora tenemos ese edificio ocupado. Te hemos traído aquí porque estaba más cerca, pero en cuanto tengas fuerzas te trasladaremos allí, es más seguro.
   -Estoy cansado, me duele todo. No puedo...
   -Te estamos destilando agua para que te recuperes, ¿no te quejarás, eh?, ahora no debes tener sistema inmunitario y cualquier cosa te mataría. Los médicos dicen que te hidrates mucho. ¿Estás despierto?
   ...
   -Bueno, descansa.

   Por supuesto nunca fui a la comisaría de zona, por lo que ellos creen que no me recuperé. Si alguna vez me volviesen a apresar iría directamente a la zona de "experimentos directos" (otro eufemismo).
   Pero no estamos hablando de mí, sino de la evolución.
   Nadie sabe exactamente el momento en el que ocurrió. Todos pensamos que fue poco a poco. No sabemos ni ya nos preguntamos el porqué. Lo más probable es que ocurriera como efecto secundario de algún propucto químico, o de un cóctel de ellos. El caso es que, poco a poco al principio, pero más intensamente después, empezamos a sentir lo que sentían otras personas, como si fuese telepático. No todo lo que sentían las otras personas, pero sí los sentimientos más fuertes, y no en todo momento, sino cuando en ellas era más intenso ese sentimiento.
   Al principio era un poco raro, difícil de controlar y, a veces, embarazoso.

   -¡Te quiero!
   -¿Le estás diciendo a mi novia que la quieres?
   -¡Y a ti también!
   -Vale, yo también te quiero, pero...
   -¡Ah!, ¡Perdón, no sé qué me ha pasado!...

   Llegó un momento en que todos, de manera natural lo fuimos controlando, hoy en día, aunque seguimos teniendo la capacidad de sentirlo, apenas lo hacemos y tenemos todos los sentimientos controlados excepto uno, que creo que no podemos llegar a controlar y que compartimos siempre que otra persona lo siente, y es lo que llamamos la ira razonada. A saber, es la ira cuando está justificada, cuando se produce por algo que te indigna o te conmueve, cuando se da o se ve una situación en la que cualquier persona razonable se llenaría de ira. Un buen ejemplo de ira razonada sería la indignación que se siente ante una injusticia palpable. Y cuando alguno lo sentimos, ese sentimiento es detectado por las demás personas, razonadas las causas de la ira, y compartida dicha ira; y según nos vamos agrupando, la sensación no hace sino aumentar al sentir también la ira de cada vez más personas.
   La evolución sólo nos ocurrió a "los normales" y a unos pocos siervos (de ahí que pensemos que sea un efecto secundario a algún químico que ellos no consumieron), a los cuales hemos de agradecer una gran parte de nuestras primeras recuperaciones. Los siervos estában controlados y pronto los eliminaron, pero fue impresionante ver cómo cuando el pueblo se enfrentaba a la policía o al ejército, de pronto uno de ellos se ponía de nuestra parte y empezaba a disparar contra otros siervos.
   Gracias a la evolución nos dimos cuenta de que, aunque no todos queríamos lo mismo, al menos sí estábamos seguros de que a todos nos indignaban las mismas cosas y de que sí había cosas que ninguno queríamos. Gracias a ella fuimos capaces de unirnos en grupos inmensos, que en algunos momentos llegó a ser un único gran grupo luchando contra una misma injusticia o situación por la cual es razonable la ira. Gracias a ella nos convertimos en una gran ejército contra la injusticia y esa unión consiguió que venciéramos y al final recuperáramos el planeta para el ser humano.
   Apenas recuerdo ya aquel sentimiento de ira tan desgarrador que nos hizo entrar en combate por primera vez después del cambio, quizá porque apenas se dan ya situaciones en las que la sintamos. Ahora, los que antes eran los amos son nuestros iguales, porque en caso contrario sentiríamos la injusticia de igual modo y tendríamos que, razonablemente, combatirla. Los antes-amos, los sirvientes y sus descendientes no pueden percibir la evolución y por ello ocurren algunos casos en los que se vuelve a producir alguna situación en la que sintamos la ira controlada, pero por suerte conseguimos hace tiempo -a base de compartir sentimientos- establecer un sistema en el que prime la igualdad real  -en todo- y en el que no pueda haber injusticias de ningún modo -al fin y al cabo las sentimos-. Estamos consiguiendo recuperar el planeta y parece que todos somos más felices que antes, ¿no crees?

   Quería contártelo porque hoy me siento muy viejo y presiento que mañana ya no os acompañaré. Soy uno de los últimos que quedan de antes de de todo y me gustaría que fuese recordado como en realidad ocurrió... Sí, sí, ya sé que todo está escrito y que te lo he contado varias veces, pero, por si es cierto lo que presiento, quería contártelo una vez más porque lo considero importante.
   ...
   Buenas noches amor...

lunes, 25 de febrero de 2013

La gran farsa del 23F



   Hola a todas.
  
   Lo único que quiero, con este comentario, es contar mi percepción con respecto a la manifestación que vivmos antes de ayer 23F en la manifestación contra el golpe de estado financiero.

   He de decir que entiendo que es mi punto de vista, y por tanto, subjetivo, pero igualmente he de decir que he hablado con bastantes personas que piensan igual que yo y con sólo una que, aun estando de acuerdo con los demás en la mayoría de las cosas, prefiere quedarse con la parte positiva, con lo que pienso que, como mínimo, sería una visión intersubjetiva de un montón de personas que llevan ya un montón de manifestaciones.

   He de decir también que estoy cabreado, y que, por tanto, es posible que mi visión sea un poquito más sesgada de lo habitual, ya que tosas sabemos que una persona cabreada razona peor que cuando se piensan las cosas con calma. Pero he de decir también que la mayor parte de mi cabreo viene por y desde la manifestación (con la ayuda de alguna amiga mía, pero que no viene al caso), y que, por tanto, me creo en el derecho de poder despotricar en contra de lo que para mí fue un claro intento (que se consiguió) de manipulación por parte de los "convocantes".

   Empezaré recordando el antecedente (no sé si es la palabra más correcta para utilizar en este caso) que más evidencia ese intento (y consecución, repito) de manipulación, que fue la reunión de los líderes sindicales con la "señora" Cifuentes, en la que se comprometieron (nuestros grandes líderes sindicales) a bajar el "tono" de la manifestación, ya que parecía que se estaba "desmadrando". Ahora no recuerdo cuál fue el contenido exacto de dicha conversación y, con mi cabreo, no me apetece andar perdiendo tiempo en buscarlo, así que os ruego a todas las que estáis leyendo este pequeño comentario (que estoy seguro de que tenéis mejor memoria que yo) que me echéis una mano y comentéis, si no os importa.

   Bueno, pues obviamente consiguieron, no sólo bajar el tono de la protesta sino, convertirlo en una farsa en la que un grupo de borregos (entre los cuales me incluyo) se deja pastorear y deja su conciencia cívica y desobediente en casa para seguir los dictados de las organizaciones "convocantes".

   La manifestación ciudadana en contra de la dictadura de los mercados se convirtió en una manifestación, si no sindicalista, al menos realizada según el modus operandi de los sindicatos mayoritarios, en la cual, como en todas las manifestaciones que ellos convocan, hay un recorrido establecido de una manera totalmente rígida (del que no te puedes salir ni un ápice), con un horario estricto, en la cual se consigue que la masa (porque todas sus manifestaciones son masivas) tenga un horario hasta de recogida y vuelta a casa, ya que, en cuanto se lee el manifiesto, todo el mundo se va corriendo a casa como si ya se les hubiese olvidado el por qué se protestaba, o como si las protestas tuviesen que ser realizadas sólo en el momento en que ellos quieren, y después protestar sea poco menos que un hecho delictivo, aunque, queridas compañeras, las muertas siguen estando muertas, y la presión que recibimos sigue estando ahí.

   Pero paso a narrar los hechos tal y como yo los viví, y después intentaré explicar mi indignación lo mejor que pueda, que dado mi cabreo, no será tarea fácil.

   La asamblea de Getafe 15M, a la cual me siento muy orgulloso de pertenecer, comenzaba su recorrido en la manifestación del 23F en la glorieta de Embajadores, junto con la columna sur, así que hacia allá fuimos. He de decir que llegué un pelín tarde porque había quedado con unas amigas en Atocha y cuando acudimos a la glorieta de Embajadores la gente ya había tomado la calle, así que fui a situarme con mis compañeras de la asamblea debajo de nuestra pancarta. Inmediatamente vi los "rifirrafes" que mis compañeras tenían con el "servicio de seguridad" de la manifestación, que habían hecho un cordón y que se empeñaban que nadie podía ir ni por delante ni fuera de los "cordones de seguridad", más tarde también me comentarían mis compañeras que ya habían tenido problemas a la hora de tomar la calle, ya que el "servicio de seguridad" había acordado con la policía nacional el momento exacto de la toma de la calle y, aunque esta estuviese ya cortada, los ciudadanos no podíamos transitar libremente por nuestra ciudad.
   Obviamente, como cualquiera de mis compañeras lleva, en una sóla de las uñas de sus pies, más manifestaciones de las que podrían llegar a llevar todas las personas de ese cordón juntas durante todas su vidas juntas, la estrategia de dicho cordón no resultó, y nos lo saltamos poniéndonos en la cabecera de la manifestación camino de Atocha para reunirnos con las demás columnas en Neptuno.
   A partir de ahí, la manifestación se convirtió en una fiesta, en lo que yo considero la verdadera fiesta de la falsa democracia que nos ha tocado tener, que no es ni más ni menos que el intento de la población de participar en las decisiones del régimen que nos gobierna. Y mientras fuimos marchando todo fue normal, creo que todo el mundo sabe ya cómo y a qué se va a una manifestación, así que el camino hacia Neptuno, aunque lento (en mi opinión) fue tranquilo y sin incidentes.
   Todo volvió a ponerse un poquito raro cuando, al llegar a Neptuno, observamos que los bomberos habían establecido otro "cordón de seguridad" a unos 8 o 10 metros de la vaya de "seguridad" que pone la policía para impedirnos en libre disfrute de la calle, con lo que eran, en este caso, los bomberos los que nos impedían la libre circulación por las calles de nuestra ciudad.
   Yo me acerqué a los bomberos y les pregunté que por qué estaban haciéndo un cordón a esa distancia de la vaya y me explicaron que era para evitar incidentes y para que nadie provocara a la policía y así evitar las cargas de ésta. ¿provocar a la policía? En mi opinión es la policía la que provoca ya de por sí, por el mero hecho de impedirnos la libre circulación por nuestra ciudad, por no llevar identificaciones visibles, por llevar las caras tapadas con la braga, por infiltrar a gente en las manifestaciones para causar altercados y así justificar su posteriór imposición de la violencia, por...
    Perdonad, me estoy saliendo de lo que es la simple narración de los hechos, y creo que mis pensamientos y valoraciones deben ir después de este resumen. Continúo.
   Bueno, yo no me sentí muy contento con lo que los bomberos me estaban diciendo, así que tras una breve pero intensa discusión con tres de ellos, en la que ellos insistían en que "eran normas de la organización", terminé diciéndoles que yo era un ciudadano libre y que caminaría por donde yo quisiese, que para impedirmelo ya estaban los señores de azul del otro lado de la vaya, que sólo iba a hacer unas fotografías y que ellos no eran quienes para impedirmelo, dándose el absurdo de que uno de ellos me pidió la acreditación de prensa profesional para franquearme el paso (estaban haciendo el trabajo de la policía). Bueno, el caso es que se acercó un cuarto bombero que estaba escuchando la pequeña bronca que teníamos montada y les dijo a sus compañeros: -Dejadle, si sólo quiere hacer unas fotos y luego vuelve adentro-, y mirandome a mí -¿verdad?-.
   Le dije que sí, que es lo que estaba intentando decir hacía rato y me permitieron pasar. Realicé mis fotos (cuatro, si no recuerdo mal) y volví a integrarme en el grueso de la manifestación, regresando junto a mis compañeras bajo la pancarta que nos abriga en las manifestaciones.
   Pero el caso es que a mí no me terminó quedando buen sabor de boca, y tras dialogar con mis compañeras de asamblea, ninguna entendíamos por qué nos impedían hacer uso de esos 8 o 10 metros hasta la vaya, y tampoco entendíamos cómo, con todas las personas que éramos, no empujábamos el cordón hasta la vaya en sí.
   Esto, al final consiguió que mis pensamientos se dirigiesen por error (y me explicaré después) a una sóla cosa, que era convencer a los bomberos de que teníamos que llegar hasta la vaya, como en todas las manifestaciones; que ya nos ponía la policía la vaya para impedirnos el paso desde ella y que desperdiciar esos pocos metros de presión era absurdo, de que ellos (los bomberos) no tenían que hacer el trabajo de la policía, y de que ni siquiera tenían el derecho a hacerlo. Así que, de nuevo, me dirigí al "cordón de seguridad" de los bomberos, y cuando conseguí llegar (no sin gran esfuerzo dada la gran afluencia de gente que había en ese momento) me puse a exponerles los hechos tal y como yo los veía, a lo que ellos (distintos a los de la vez anterior)  volvían a decirme que era un "consenso" de los convocantes, con lo que estuve tentado a explicarles lo que es un consenso y como se llega a tal, pero no lo hice. Toda mi argumentación fue en favor de la recuperación (por parte de todos) de esos metros que nos habían secuestrado. Y puedo decir que no era una simple cabezonería mía, pues los gritos de los miles de ciudadanos que había a mi alrededor iban en el mismo sentido que mi argumentación, llegándose a escuchar gritos en contra de los bomberos que, parece ser, habían decepcionado a los ciudadanos, después de la estima que les habíamos cogido últimamente con sus valientes (aunque tardías, muy, muy, muy tardías) demostraciones civicas ante la policía (deshaucios...), y os puedo asegurar que los gritos eran muchos y todos indicaban la incomprensión por parte de la ciudadanía de que estuviesen realizando el trabajo de la policía (así que el consenso, no sé dónde estaría).
   Hubo un momento (en el que yo cometí un error grandísimo que explicaré después y que no volverá a ocurrir jamás), a lo largo de nuestra ya agria discusion en que uno de los bomberos me dijo: -¿Quieres pasar?, pasa, pero entiende que lo tenemos que impedir porque si no, todos querrían pasar y nosotros estamos aquí para impedirlo-, a lo cual yo les seguí (en mi cerrazón) diciendo que lo que quiero es que pasemos todas, que si no entienden lo que les estoy diciéndo es porque no quieren y que no son ellos los que tienen que realizar esa labor, sino la policía que está llevándose un pastón en horas extras para no hacer nada ya que las propias compañeras de la manifestación realizaban su trabajo.
   Al final de una larga discusión en la que llegué a la conclusión de que era inútil intentar razonar con ellos (como con cualquiero otro "cuerpo de seguridad") me volví hacia mi compañero Juanfran y le pregunté cansado e indignado "¿nos vamos?" y él me contestó, "sí, es inútil", así que volvimos con el resto de compañeras de asamblea a seguir cabreadas y cabreándonos más cada vez.
   A las 20h estaba previsto que terminase la manifestación.
   A las 20'05h los bomberos integrantes del cordón se retiraron junto al camión de megafonía y a los mineros.
   A las 20'10h empezaron a tomar posiciones los maderos.
   A las 20'15h empezaron las cargas en la Castellana, y Neptuno era una ratonera.
   Hubo un momento en que me di la vuelta y me encontré sólo, todas mis compañeras de asamblea habían desaparecido, en Neptuno quedarían, como mucho, entre 700 y 1000 personas que parecían estar tan sólas y despistadas como yo.
   La Castellana delante de mí empezaba a estar desierta y los maderos habían tomado hasta los jardines, dejándo para el tránsito solamente los carriles que suben hacia Atocha y la glorieta de Carlos 5º
   En Neptuno había un cordón de lecheras hasta la mitad de la plaza, y los maderos ya estaba fuera de las vayas de seguridad completamente pertrechados para la batalla.
   A las 20'20h, tras volver a mirar en derredor, decidí que estaba demasiado sólo y que lo único que me podía pasar en esa circunstancia era que me dieran una paliza de muerte, así que comencé a caminar léntamente hacia Atocha.
  Poco antes de llegar a Atocha me reencontré con algunas de mis compañeras de asamblea que habían decidido regresar a Getafe.
   Volvimos a Getafe y tomándo una cerveza conversamos sobre lo que nos había parecido la manifestación.

   Hasta aquí lo que ocurrió, tal y como yo lo viví. Ahora intentaré explicar el por qué estoy enfadado y el por qué de mi insistencia en tomar, no sólo la vaya, sino cualquier otra parte de Madrid que hubiésemos querido y hubiese quedado fuera de los límites de los cordones de seguridad,
  
   Los movimientos ciudadanos de protesta de los dos últimos años (movimientos a los que denominaré genéricamente como 15M, aunque entiendo que no es la mejor denominación pues el 15M sólo es una parte de esos movimientos ciudadanos que, realmente, son de una variedad y diversidad inmensa como para intentar incluirlos todos bajo una denominación) han demostrado, por activa y por pasiva, que una de nuestras mejores armas es la improvisación, porque vuelve locas a las "fuerzas de inseguridad ciudadana", e intentaré explicar lo que quiero decir con improvisación: Cuando, por ejemplo, una manifestación tiene un recorrido establecido Atocha-Cibeles-Sol (como muchas de ellas lo han tenido) y de pronto, tras haber salido de Cibeles por la calle de Alcalá en dirección a Sol, la mitad de la manifestación decide tomar una ruta alternativa y girar a la derecha por Gran Vía, para acceder a Sol por otro punto, los maderos lo flipan, se desorientan y desorganizan, con lo cual, tienen que estar más pendientes de otras cosas que de los manifestantes en sí. Tienen que salir corriendo a cortar el tráfico, tienen que prever nuestros posibles posteriores movimientos y su desorganización llega (en algunos casos, como cuando decidíamos concentrarnos y pasear por las calles de Madrid -Castellana, Atocha, de nuevo Sol, Gran Vía, Alcalá, Cibeles, de nuevo Castellana...) al caos, consiguiendo de un sólo golpe dos cosas: cortar las calles de Madrid y hacer visible nuestra protesta a un mayor número de ciudadanas, y desorganizar completamente a la policía que, en su caos, ya no es capaz de reorganizarse, con lo cual conseguimos un plus de seguridad, ya que sólo cargan cuando lo tienen todo completamente controlado.
   En la manifestación del 23F estaba todo atado y bien atado, incluso la hora a la que los manifestantes se tenían que ir, ¿qué absurdo, no?, no podíamos salir, en ningún momento de los cordones de seguridad que coartaban nuestra capacidad de improvisación que tanto daño les hace. Pareció como si todo, incluidas las cargas, estuviese aprovado por "la organización", y de hecho, luego salió la "señora" CIfuentes alabando el buen comportamiento de los manifestantes.
   Así que estoy muy cabreado con la manifestación en sí, con el comportamiento de "la organización", con el comportamiento de los borregos de seguridad de la manifestación -que no hicieron sino el trabajo de la policía- y, como no, con el comportamiento posterior de las fuerzas políticas que ordenan a la policía (mucha, por cierto) cargar, y con la no insumisión de ésta a las ordenes que les llegan de la clase política.

   Ahora intentaré explicar el cabreo conmigo mismo, entonaré el mea culpa e intentaré pediros a todas disculpas por no haber actuado como debía, quizá empecinado en convencer a los borregos de los cordones de seguridad de la manifestación de algo que, como no han vivido más de dos o tres manifestaciones, no les puede entrar en la cabeza.

   Como os he narrado más arriba, hubo un momento en que uno de los bomberos-borregos con los que yo discutía me dijo que si quería pasar que pasara, pero que tenía que entender que entonces todo el mundo iba a querer pasar, y ellos no lo podían permitir, porque estaban precisamente para impedir la provocación de los manifestantes a los maderos. Yo seguí intentando convencerles, inútilmente, de que no era su labor, sino de la policía el impedirnos el paso a ciertas partes de la ciudad (labor que no entiendo ni en la policía, dicho sea de paso, pero...) cuando lo que tenía que haber hecho es actuar, dar ejemplo, tenía que haber pasado al otro lado del cordón y desde allí haber incitado al resto de los ciudadanos a seguirme, tenía que haber desobedecido a la "seguridad de la manifestación" de igual manera que desobedezco al gobierno y a sus perros de presa. Tenía que haber dado un paso al frente, porque sólo dando pasos se recorre el camino, y este es un camino largo y arduo en el que no se puede perder la oportunidad de dar un paso más al frente en la concienciación del resto de la ciudadanía. ¿Cómo quiero yo explicar lo que es la desobediencia si obedezco como un borreguito a una "organización" tan vendida y amañada que sale corriendo (bomberos-borregos incluidos) cuando la policía les dice que ya es la hora?, ¿cómo no me di cuenta de ello y actué? Además, ese error ya no se puede corregir, por mi culpa hemos perdido la oportunidad de explicarle a la población cuál es la manera de actuar cuando te quieren llevar de la mano haciéndote creer falsamente que estás en una lucha organizada.
   Os prometo a todas que no volverá a ocurrir, que, aunque sea sólo, desobedeceré cualquier norma que se imponga y que quiera coartar la libertad de las personas que se manifiestan, que, siempre que no haya un consenso de todas las manifestantes (y en este caso, estoy convencido, el consenso era en contra a la norma) no me dejaré manipular de esta manera.
   Os pido disculpas por ello, aun a sabiendas que (aunque me disculpeis, cosa que probablemente haréis, ya que sois muy buenas personas todas) ya os he hecho perder el tiempo, y ese tiempo y esa acción son irrecuperables. Aun así, os ruego perdonéis mi obcecación y falta de claridad en los pensamientos en el momento en el que era necesario pensar rápido.

   Os agradezco de antemano vuestro perdón y vuestro apoyo, así como vuestro acogimiento en las próximas manifestaciones que todas sabemos que habrá.

   Un saludo a todas...

   Besosssss....


   Juanito.