viernes, 4 de marzo de 2016

LA NEFASTA GESTIÓN DEL AYUNTAMIENTO DE GETAFE

   Desde que el equipo de gobierno del PSOE, encabezado por Sara Hernández Barroso, llegó al Ayuntamiento de Getafe, las bajas del personal de la administración no se cubren. No sé si porque ha sido imbuído por la necesidad de austeridad que pregonaba el anterior gobierno, o por simple dejadez, pero lo cierto es que las bajas del personal no se suplen o se hace tras muuuuucho tiempo, y quienes pagan el pato, como siempre, son las ciudadanas de Getafe.

   Antes de ayer, día dos de Marzo de 2016, fui a la ventanilla única del ayuntamiento a registrar un contrato de alquiler en la comunidad de Madrid. Cuando llegué, una de las primeras cosas que observé fue que la mayor parte de las ventanillas de atención al ciudadano estaban vacías. Miré el reloj del móvil y me percaté de que era la hora del almuerzo de los funcionarios, así que tras pedir el número de orden que te da derecho a la atención, el A053, y observar en el tablón de llamadas que éstas iban por el A031, decidií que también yo podía irme a desayunar, ya que, al estar las ventanillas vacías, tendría tiempo de sobra para ello (y no lo sabéis vosotras bien).
   Rellené completamente el formulario para el registro y, tras comprobar que los números de llamada no se habían movido, me fui tranquilamente a tomar café, copa, fumarme un par de cigarros y volver paseando. Calculo (aunque no lo puedo aseverar) que pasaría más de media hora hasta que volví al hall del Ayuntamiento, y quedé sorprendido al observar en el tablón de llamadas que el último número requerido seguía siendo el A031.
   Indignado ante la aparente inacción, me cargué de paciencia y salí de nuevo a fumar.
   En la calle me encontré con una concejala y una trabajadora del grupo municipal Ahora Getafe con las que tuve una laaaaaarga y agradable conversación, mientras que, de tanto en tanto, me asomaba a comrobar la evolución de las llamadas por el tablero electrónico.
   Cuando, al fin, accedí a la ventanilla que me correspondió para realizar mis gestiones, quedé sorprendido (de nuevo) al reconocer a la trabajadora que me atendió, que habitualmente realizaba esa misma función en el centro cívico de la Alhóndiga. Al preguntarle que cómo es que estaba allí, me respondió que le habían transladado para cubrir una baja.
   Realicé el registro que necesitaba y me fui a casa pensando que no es una buena manera de gestionar el transladar a unas personas de sitio, para cubrir las bajas, dejando su anterior ubicación desierta o, al menos, diezmada en cuanto a personal se refiere, pues eso redunda en una peor atención a la ciudadanía.

   Esa misma tarde, sobre las 15 horas, entré a tomar café a un bar de mi barrio, y allí me encontré a un trabajador de LYMA, empresa municipal de limpieza de nuestra ciudad, antiguo conocido y amigo mío. Me senté a su mesa junto a él y su hija y tuvimos una agradable conversación que tocó muchos puntos muy diversos (trabajo, política, educación.... -ya e conocéis-), y, cuando le pregunté por su trabajo, me explicó muy ilusionado (y agradecido a este gobierno -todo hay que decirlo-) que tenía contrato por un año y que tenían buenas espectativas de que les renovasen (a él y a las otras 5 personas que realizan el servicio al que está asignado) posteriormente. Pensé que Sara (y su equipo de gobierno) había conseguido con estos trabajadores precisamente eso que se propone, que pasasen a ser de su red clientelar y asegurar su voto y su publicidad gratuita en las elecciones futuras. Pero mi sorpresa llegó cuando Kike (que así se llama mi interlocutor -y que me ha dado permiso para utilizar su nombre-) me comentó que había veces que no podían llevar a cabo su labor con la diligencia que deberían, ya que, habitualmente les tocaba cubrir las bajas del personal del punto limpio.
   De nuevo, un servicio se queda sin realizar para cubrir las bajas de otro. Pienso que esto es mala gestión.

   Tras la relajante conversación, me fui a la PAH, donde teníamos una reunión para decidir de qué manera íbamos a responder a las injurias vertidas por Sara Hernández a dicha organización el día anterior.
   Llegué allí, tuvimos una asamblea y decidimos hacer un escrito que será publicado próximamente. Y mientras decidíamos cuál iba a ser el contenido exacto de dicho escrito, una compahñera dijo que no era cierto que la oficina de desahucios del ayuntamiento estuviese funcionando, y que no era cierto lo que Sara había dicho de que la baja de la trabajadora (Rita) había sido ya cubierta por otro trabajador. Para comprobarlo (por si nos equivocábamos), otra compahñera (Ana), llamó a dicho servicio para pedir una cita, y la persona que le atendió le contestó que el servicio estaba cerrado por baja de la trabajadora que lo llevaba.


   Ayer, día 3, dediqué parte de mi tiempo a realizar varias averiguaciones con respecto a todo esto aprovechando que soy viejo conocido de muuuuuchas personas con información aquí en Getafe, y estas averiguaciones le dieron la razón a los trabajadores quitándosela a nuestra alcaldesa.
   Resulta que, en las ventanillas de atención a la ciudadanía, hay al menos dos personas que llevan de baja más de un mes (una desde enero y la otra desde primeros de febrero), y que, lejos de contratar (temporalmente) a personal para cubrir esas bajas, éstas se cubren habitualmente, transladando a personal de otras ventanillas de atención ciudadana (de los centros cívicos), dejándo éstos servicios mermados en los puntos de más proximidad a la ciudadanía.
   También es cierto que las bajas de LYMA se cubren con translado de personal de unos a otros servicios, dejando los servicios de los que proceden las personas transladadas mermados, y, a veces, imposibilitados para continuar su labor que, entiendo que debe ser necesaria (cuando está contratada).
   En cuanto a la oficina de desahucios del ayuntamiento, hoy, día 4, debo decir que el servicio está restituido, no sé aún si es que ha terminado la baja de la trabajadora o que han puesto a un nuevo trabajador para cubrir su baja, pero que no era cierto cuando lo dijo nuestra alcaldesa y que, aun así, han tardado en cubrirla más de un mes, dejando sin atención a personas necesitadas de dicho servicio.


   Realmente, no sé si atribuir esta falta de operatividad, en cuanto a cubrir las bajas se refiere, a la obcecación por la austeridad (que tanto mal nos ha traido) que tanto PP como PSOE vienen demostrando desde la firma del artículo 135 de la constitución en 2011, o a la incapacidad del actual gobierno para gestionar al personal del ayuntamiento, pero el resultado es que para registrar un papel que se tarda diez minutos, la ciudadanía de Getafe tiene que invertir toda la mañana, que los servicios no se cumplen o se hace de manera incompleta e irregular, y que otros servicios se cierran permanentemente durante demasiado tiempo (la duración de la baja) para las necesidades de nuestra ciudadanía.

   Por todo ello, exijo a Sara Hernández Barroso y a todo el gobierno municipal, que impidan por todos los medios a su alcance que ésto vuelva a ocurrir, y que cubran las bajas de las empleadas públicas desde el primer momento, lo cual, además, redundaría en contratos de trabajo para una ciudadanía demasiado empobrecida y con una gran necesidad de éste.