domingo, 21 de marzo de 2010

Viaje relámpago

VIAJE RELÁMPAGO (limitado a 90 Km/h, así que de relámpago poco -no sé yo-)
Esta es la pequeña historia de un viaje a Huesca para cargar una escenografía, el regreso y todo lo que conllevó ese día de más de 50 horas:
Todo empezó, el miércoles 17/03/2010, como un día normal, aunque no exáctamente, pues ya llevaba 2 días durmiendo mal, los nervios y eso, ya se sabe. A las 6h 20' suena el despertador como siempre, y me voy a trabajar -al taller de empleo-, el día es más o menos normal: 1º charla sobre las drogas, luego algo de teórica, no recuerdo muy bien, y después alfabetización informática con Fran hasta acabar volviendo al Pio XII a firmar. Hasta ahí todo normal.
Después, deprisa y corriendo a comer, coger el camión y caminito a Huesca con una parada por Parla a cargar unos muebles que los inquilinos no quieren y que Bea me ha pedido que se los suba. Para mi sorpresa los muebles ya no eran los que deberían ser, quiero decir que el inquilino ha debido cambiar de opinión y algunos de los muebles que no quería en un principio, al final sí se los ha quedado, y a cambio, ha desechado otros que en un principio sí había querido quedarse. Bueno, no tengo tiempo si quiera de preguntarle, así que los cargo, con la inestimable ayuda de mi sobrino Isaac, y vuelvo a Getafe a dejarle (a mi sobrino, claro). Después de eso, 4h y media (menos el tiempo que ya había conducido) de conducción ininterrumpida dirección Huesca.
Las 4h 30' de conducción me obligan a parar en una gasolinera a pocos kilómetros de Zaragoza para realizar el descanso obligatorio de 45' y decido comerme algo para cenar, ya son las 10 y media y hasta las 11 y cuarto no voy a poder continuar la marcha, así que...
Cuando entro en la gasolinera veo a un grupo de gente pegando gritos unos a otros, hasta parecía que se iban a pegar, pero luego resultó que eran amigos. Poco a poco me doy cuenta de que hablan inglés perfecto, sin acento ninguno (claro que yo tampoco puedo asegurar lo que estoy diciendo, ya que mi nivel de inglés sigue estando por debajo de las cloacas que hay debajo del Támesis, pero es lo que a mí me pareció), y curiosamente tod@s son pelirrojos y su faz está bastante colorada, con lo cual deduzco que son Irlandeses o Escoceses (¿veis como mi percepción sobre los acentos no es la más cualificada?).
Pido un montadito de chorizo y una coca-cola -aunque parezca estraño en mí (que lo es), pero no quiero beber cuando conduzco-, y me dedico a ver "300" que estaban poniendo en algún canal digital de la televisión del bar de la gasolinera en la que fuí a caer, pero con los gritos de los niños y los adultos escoceses (vamos a dejarlo en escoceses, aunque sigo sin saber su nacionalidad) era casi imposible seguir la película (que tampoco es que tenga unos diálogos trascendentales ni mucho menos, pero es imposible prestar atención), así que hago lo que la mayoría de los camioneros en mi situación, que es hablar con otros camioneros que están parados por la misma causa que yo; y así me entero de que se le ha estropeado el coche a uno -de los escoceses- y los demás han decidido parar también hasta que se lo reparen. Mientras tanto han acabado con toda la cerveza del bar y la del supermercado de la gasolinera, aproximadamente unos 50 litros -para 10 ó 12 personas tampoco es tanto- y todo el griterío y la movida es porque quieren más y los litros que quedan en el autoservicio y los tercios del bar están calientes. (Información obtenida a través del camarero).
Pasa mi tiempo de descanso y continuo viaje a Huesca, a donde llego a las 12 y media de la noche. Llamo a Pesqueta y co él y Nano nos vamos a descargar los muebles a la futura casa de este último. ¿están de coña o qué? ¿cómo quieren que meta yo ese pedazo de camión por esas callecitas de Huesca?, y con esas curvitas tan ricas, llenas de bolardos a ambos lados, que guay. El caso es que al final descargamos, no sin mucho sufrimiento y, cuando vamos a dejar el casco viejo para dirigirnos al local de "MISERIA Y HAMBRE producciones" nos damos cuenta de que es imposible salir de allí, nos hemos metido en una ratonera. Al final, marcha atrás hasta un lugar un poco más ancho y salida en dirección contraria por la entrada a la ciudad, no había otra manera.
Llegamos al local y cargamos el camión, son las tres menos veinticinco de la mañana cuando por fin lo aparco y nos vamos a tomar unas cañitas. Después a descansar para mañana volver a conducir (sin respetar el periodo de descanso diario obligatorio de 9 horas) dirección Alcorcón, al local del Miguel.
Esta vez el viaje es más ameno, ya que voy con Sergio en el camión y, aunque seguimos sin música, por lo menos hablamos y eso, y Sergio es un gran acompañante (lo digo para el que no le conozca) agradable, simpático y dicharachero, pero a la vez serio y con más de tres y de cuatro dedos de frente, un gran tipo (No te creas que te estoy haciendo la pelota ¿eh?, ya he dicho que es para quien no te conozca, así que no te lo creas). Parada obligatoria pasado Guadalajara, comemos en un restaurante de polígono en el que os aconsejo que no pareis, la comida una mierda (aunque yo me la comí toda -lo que hace el hambre-), hay dos toros (vamos, sólo las cabezas) en sendas paredes, y tres o cuatro carteles de Trillo (localidad de Guadalajara -creo-), que parece que "Pantera" y su familia han estado allí haciendo publicidad de su apellido. Total, una mierda de parada.
Continuamos viaje, llegamos al local casi al mismo tiempo que Davidtxu, que ha salido más tarde que nosotros pero no ha parado, descargamos y nos vamos a entregar el camión, aproximadamente a las 6 y media está entregado. Nos volvemos a Alcorcón, donde ya nos está esperando Javi (Pantera) tomándose una cervecita en el Piratas (ver fotos) hasta que lleguemos con la llave, que tiene Davidtxu. Allí aparece primero Eva, y después también Irma, con su hermano Kata, su sobrinilla Luz y Nector.
Vamos al local, montamos y nos enteramos que es el cumpleaños de Jaime, habrá que pasarse a verle un ratito. Siguiente destino Lavapiés, donde junto a Jaime, María, Vanesa y Nector (Y al principio todos los demás menos Javi, que se puso malo por la alergia a la Siana, al llevar la furgoneta de Sergio, y se tuvo que retirar asmático perdido) cerramos todos los bares y acabamos en casa del susodicho Jaime. A eso de las 9 y media de la mañana del ya viernes 19, día del padre y cumpleaños de Paula. Pero creo que todo esto último si ve mejor en las fotos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario