jueves, 16 de septiembre de 2010

confidencias

Siempre suelo escribir en los momentos en que no estoy al 100%, es más, en los momentos en los que estoy bajo el 25% y me aproximo peligrósamente al 0, pero como diría Antonio Vega, los demás momentos son para disfrutarlos, no te vas a parar a escribir si te estás divirtiendo, o como diría el señor Rosendo Mercado, el resto del tiempo lo ocupo en las cosas que me preocupan o me divierten.

Es por ello por lo que me alegro de que mi blog sea el menos visitado de toda la red, así puedo seguir escribiendo con la sensación de que, al final, alguien recogerá mis palabras y mis sentimientos, pero con la total seguridad de que nunca será hoy, de que nunca será la persona que no debería leerlo, con esa falsa seguridad.

Por cierto, Haux, ¿quién coño eres?

Me conoces, eso me consta, sólo quiero que sea recíproco.

Ahora, saturado de alcohol, sólo quiero volver a ser yo. ¿ser yo?, ni siquiera sé qué significa eso, pero es lo que suele ocurrir, sabemos lo que queremos sin siquiera saber lo que eso significa, ¿absurdo?, no, necesario. Quizá la ignorancia de nuestros propios deseos sea la fuerza que tira de nosotros hacia adelante, porque quizá si tuviésemos la certidumbre de lo que deseamos, no deseasemos nunca nada, con lo que nos faltaría el aliento para seguir caminando.

Como veréis, hoy estoy de nuevo peligrósamente cercano al cero, pero no os preocupeis, tomaré impulso y saldré una vez más de mi vacío para llegar al vuestro, ese vacío que está fálsamente lleno de todas las maravillosas y mundanas cosas, ese vacío que me deprime y me ahoga casi tanto como el mío propio, ese común vacío, al fin y al cabo, en el que poder compartir las miasmas que nos parecen menos pútridas una vez compartidas.

Bienvenido al mundo real, juanito, ya era hora de que despertaras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario